domingo, 28 de junio de 2009

Honduras: la futilidad del golpe

Atilio Borón

La historia se repite, y muy probablemente concluya de la misma manera. El golpe de estado en Honduras es una re-edición del que se perpetrara en Abril del 2002 en Venezuela y del que fuera abortado ante la fulminante reacción de varios gobiernos de la región en Bolivia el año pasado.
Un presidente violentamente secuestrado en horas de la madrugada por militares encapuchados, siguiendo al pie de la letra lo indicado por el Manual de Operaciones de la CIA y la Escuela de las Américas para los escuadrones de la muerte; una carta de renuncia apócrifa que se dio a conocer con el propósito de engañar y desmovilizar a la población y que fue de inmediato retransmitida a todo el mundo por la CNN sin antes confirmar la veracidad de la noticia; la reacción del pueblo que conciente de la maniobra sale a la calle a detener los tanques y los vehículos del Ejército a mano limpia y a exigir el retorno de Zelaya a la presidencia; el corte de la energía eléctrica para impedir el funcionamiento de la radio y la televisión y sembrar la confusión y el desánimo.
Como en Venezuela, ni bien encarcelaron a Hugo Chávez los golpistas instalaron un nuevo presidente: Pedro Francisco Carmona, a quien la inventiva popular lo rebautizó como “el efímero.” Quien desempeña su rol en Honduras es el presidente del Congreso unicameral de ese país, Roberto Micheletti, quien juró este domingo como mandatario provisional y sólo un milagro le impediría correr la misma suerte que su predecesor venezolano.
Lo ocurrido en Honduras pone de manifiesto la resistencia que provoca en las estructuras tradicionales de poder cualquier tentativa de profundizar la vida democrática. Bastó que el Presidente Zelaya decidiera llamar a una consulta popular-apoyada con la firma de más de 400.000 ciudadanos- sobre una futura convocatoria a una Asamblea Constitucional para que los distintos dispositivos institucionales del estado se movilizaran para impedirlo, desmintiendo de ese modo su supuesto carácter democrático: el Congreso ordenó la destitución del presidente y un fallo de la Corte Suprema convalidó el golpe de estado. Fue nada menos que este tribunal quien emitió la orden de secuestro y expulsión del país del Presidente Zelaya, prohijando como lo hizo a lo largo de toda la semana la conducta sediciosa de las Fuerzas Armadas.
Zelaya no ha renunciado ni ha solicitado asilo político en Costa Rica. Fue secuestrado y expatriado, y el pueblo ha salido a la calle a defender a su gobierno. Las declaraciones que logran salir de Honduras son clarísimas en ese sentido, especialmente la del líder mundial de Vía Campesina, Rafael Alegría.
Los gobiernos de la región han repudiado al golpismo y en el mismo sentido se ha manifestado Barack Obama al decir que Zelaya "es el único presidente de Honduras que reconozco y quiero dejarlo muy claro". La OEA se expresó en los mismos términos y desde la Argentina la Presidenta Cristina Fernández declaró que "vamos a impulsar una reunión de Unasur, aunque Honduras no forma parte de ese organismo, y vamos a exigir a la OEA el respeto de la institucionalidad y la reposición de Zelaya, además garantías para su vida, su integridad física y la de su familia, porque eso es fundamental, porque es un acto de respeto a la democracia y a todos los ciudadanos.”
La brutalidad de todo el operativo lleva la marca indeleble de la CIA y la Escuela de las Américas: desde el secuestro del Presidente, enviado en pijama a Costa Rica, y el insólito secuestro y la golpiza propinada a tres embajadores de países amigos: Nicaragua, Cuba y Venezuela, que se habían acercado hasta la residencia de la Ministra de Relaciones Exteriores de Honduras, Patricia Rodas, para expresarle la solidaridad de sus países, pasando por el ostentoso despliegue de fuerza hecha por los militares en las principales ciudades del país con el claro propósito de aterrorizar a la población.
A última hora de la tarde impusieron el toque de queda y existe una estricta censura de prensa, pese a lo cual no se conoce declaración alguna de la Sociedad Interamericana de Prensa (siempre tan atenta ante la situación de los medios en Venezuela, Bolivia y Ecuador) condenando este atentado contra la libertad de prensa.
No está demás recordar que las fuerzas armadas de Honduras fueron completamente restructuradas y “re-educadas” durante los años ochentas cuando el Embajador de EEUU en Honduras era nada menos que John Negroponte, cuya carrera “diplomática” lo llevó a cubrir destinos tan distintos como Vietnam, Honduras, México, Irak para, posteriormente, hacerse cargo del super-organismo de inteligencia llamado Consejo Nacional de Inteligencia de su país.
Desde Tegucigalpa monitoreó personalmente las operaciones terroristas realizadas contra el gobierno Sandinista y promovió la creación del escuadrón de la muerte mejor conocido como el Batallón 316 que secuestró, torturó y asesinó a centenares de personas dentro de Honduras mientras en sus informes a Washington negaba que hubiera violaciones de los derechos humanos en ese país.
En su momento el Senador estadounidense John Kerry demostró que el Departamento de Estado había pagado 800 mil dólares a cuatro compañías de aviones de carga pertenecientes a grandes narcos colombianos para que transportasen armas para los grupos que Negroponte organizaba y apoyaba en Honduras. Estos pilotos testificaron bajo juramento confirmando las declaraciones de Kerry.
La propia prensa estadounidense informó que Negroponte estuvo ligado al tráfico de armas y de drogas entre 1981 a 1985 con el objeto de armar a los escuadrones de la muerte, pero nada interrumpió su carrera. Esas fuerzas armadas son las que hoy depusieron a Zelaya. Pero la correlación de fuerzas en el plano interno e internacional es tan desfavorable que la derrota de los golpistas es sólo cuestión de (muy poco) tiempo.
Tomado de Kaosenlared 29junio/09

jueves, 18 de junio de 2009

Leer para liberarse
Sobre Contra la Corriente


Juan Cristóbal León Campos

Publicada por el Centro de Estudios Socialistas y la Cátedra Libre Karl Marx, con el impulso de la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS), la revista Contra la Corriente pretende ser un espacio abierto a las diferentes expresiones de estudiantes y trabajadores que defienden y difunden el marxismo como la herramienta que conduce a la transformación verdadera de la sociedad.


En su primer número (diciembre de 2008) Contra la Corriente presenta en su sección “Panorama nacional”, una serie de artículos destinados a estudiar la situación política nacional, la crisis en México y las perspectivas para desarrollar los movimientos sociales, como el efectuado por el magisterio del estado de Morelos el año pasado contra la dirección del SNTE y su líder Elba Esther Gordillo, y frente a las decisiones políticas que afectan a la educación, como es la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE). Además la revista contiene dos secciones especiales: La primera dedicada a las consecuencias de la crisis capitalista y su afectación en nuestro país, a corto, mediano y largo plazo. Los trabajos explican la apertura de escenarios clásicos de la lucha de clases, remitiéndose a los años treinta del siglo pasado como referente explicativo. La segunda sección especial se enfoca en presentar una síntesis de los análisis de la Cátedra Libre Karl Marx (realizada en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM), la cual confronta a todas las corrientes que han tergiversado al marxismo, rescatando su verdadera esencia y objetivo: la crítica y la extirpación de raíz de toda la sociedad capitalista.


Junto a estos escritos, se incluye una serie de diversos artículos sobre las luchas históricas, como el movimiento de 1968 en México y las jornadas revolucionarias de 1946 en Haití. También un crítico análisis del pensamiento marxista de José Revueltas y un valioso texto de León Trostky dedicado a la educación de la juventud revolucionaria, componen las secciones “Lecciones de la lucha de clases” y “Teoría e historia” respectivamente. La ultima parte de la revista “Arte y cultura”, se integra de un cometario analítico del libro Vuelta de siglo de Bolívar Echeverría, y por una reflexión en torno a la película ¡Que viva México! del cineasta Sergéi Eisentein.


La aparición de Contra la Corriente es de celebrarse, por su enfoque renovador del marxismo, por su crítico análisis de la situación que se vive en nuestro país, por su carácter abierto al debate entre los movimiento sociales, y su por espíritu incluyente de todos aquellos que reconocen en la obra de Marx la guía para transitar de la barbarie capitalista a un mundo mejor, mediante la organización conjunta de los explotados.


El camino para la exacerbación de la lucha de clases esta abierto por las actuales condiciones extremas en que viven los trabajadores mexicanos, en este contexto el marxismo se sitúa como la necesidad teórica de los oprimidos en el mundo. La clara imposibilidad del capitalismo para satisfacer las necesidades básicas de los seres humanos, va obligando a los seguidores del imperialismo a silenciar sus loas a favor de la economía de mercado. Por lo que es necesario que los intelectuales comprometidos con los intereses de los explotados incrementen la ofensiva en el campo de las ideas, esclareciendo las falacias del proyecto burgués, el cual no es otro en el campo del pensamiento, que poner a los intelectuales al servicio del sistema, con el objetivo de reproducirlo y profundizarlo.


Al igual que los intelectuales, la juventud estudiantil debe adquirir la conciencia de lo urgente que resulta terminar con el conformismo, y recuperar el espíritu de lucha revolucionaria que el marxismo contiene. El retomar la perspectiva socialista otorgará a la humanidad la verdadera alternativa para poner fin a la actual crisis. Pues así, como la ideología burguesa a demostrado su inutilidad, las reformas propuestas por supuestos grupos progresistas que pretenden salvar al capitalismo poniéndole un “rostro humano”, no llevan en la realidad a la solución de los problemas, sino a la permanencia de la explotación como condicionante de las relaciones sociales.
En México los últimos años de lucha de clases trazan el camino a la posibilidad y demuestran la necesidad de conformar una organización de los oprimidos basada en la independencia de clase, y por tanto, de acción con respecto a los intereses de la burguesía.


La batalla emprendida desde años atrás por la burguesía contra los intereses sociales, no solo afecto las condiciones de vida de los oprimidos, sino que también impacto en el pensamiento progresista, conduciéndolo en muchos casos, a la adopción de teorías de moda como el posmodernismo, el cual plantea el fin de toda utopía o proyecto transformador de la sociedad, dejando de esta forma la vía libre para la ideología dominante y las posturas reformistas. Por este motivo es difícil pretender construir una alternativa emancipadora, sin retomar la lucha de ideas, que acompañe a las luchas actuales a lo largo del planeta. Hoy más que nunca es indispensable la necesidad de una dirección de clase para el movimiento social, reconozcamos que por ello el valor del marxismo se mantiene, al igual que la vigencia de la utopía socialista.


Tomado de Por Esto! 18/junio/2009

miércoles, 10 de junio de 2009

Atenta invitación

A la

Mesa panel

“Memoria y conciencia:
El compromiso y el universitario en el siglo XXI”



Los participantes serán:

Lillian Paz Ávila

Mario Mex Albornoz

Juan Cristóbal León Campos


Jueves 11 de junio 12:00 horas
Aula 8
Facultad de Economía-UADY

lunes, 8 de junio de 2009

Declaración del Gobierno Revolucionario

En acto de peculiar significado histórico, la OEA acaba de dar sepultura formal a la vergonzosa resolución que en 1962 excluyó a Cuba del Sistema Interamericano.

Aquella decisión fue infame e ilegal, contraria a los propios propósitos y principios declarados en la Carta de la OEA. Fue, a la vez, coherente con la trayectoria de esa Organización; con el motivo por el cual fue creada, promovida y defendida por los Estados Unidos. Fue consecuente con su papel de instrumento de la hegemonía estadounidense en el hemisferio, y con la capacidad de Washington de imponer su voluntad sobre América Latina en el momento histórico en que triunfa la Revolución cubana.

Hoy la región de América Latina y el Caribe vive otra realidad. La decisión adoptada en la XXXIX Asamblea General de la OEA, es fruto de la voluntad de Gobiernos más comprometidos con sus pueblos, con los problemas reales de la región y con un sentido de independencia que desafortunadamente no prevalecía en 1962. Cuba reconoce el mérito de los Gobiernos que se han empeñado en borrar formalmente aquella resolución a la que en esta reunión se le denominó "un cadáver insepulto".

La decisión de dejar sin efecto la resolución VI de la Octava Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, constituye un desacato incuestionable a la política seguida por los Estados Unidos contra Cuba desde 1959. Persigue el propósito de reparar una injusticia histórica y constituye una reivindicación al pueblo de Cuba y a los pueblos de América.

A pesar del consenso alcanzado en el último minuto, esa decisión se adopta en contra de la voluntad de Washington y frente a las intensas gestiones y presiones ejercidas sobre los Gobiernos de la región. Se propina así al imperialismo una derrota utilizando su propio instrumento.

Cuba acoge con satisfacción esta expresión de soberanía y civismo, a la vez que agradece a los Gobiernos que, con espíritu de solidaridad, independencia y justicia, han defendido el derecho de Cuba a regresar a la Organización. También comprende el deseo de librar a la OEA de un estigma que había perdurado como símbolo del servilismo de la institución.

Cuba, sin embargo, ratifica una vez más que no regresará a la OEA.

Desde el triunfo de la Revolución, la Organización de Estados Americanos ha desempeñado un activo papel a favor de la política de hostilidad de Washington contra Cuba. Oficializó el bloqueo económico, dispuso el embargo de armas y productos estratégicos, y estipuló la obligatoriedad de que los países miembros rompieran relaciones diplomáticas con nuestro Estado revolucionario. Durante años pretendió, incluso y a pesar de la exclusión planteada, mantener a Cuba bajo su competencia y someterla a su jurisdicción y a la de sus órganos especializados. Se trata de una Organización con un papel y una trayectoria que Cuba repudia.

El pueblo cubano supo resistir las agresiones y el bloqueo, superar el aislamiento diplomático, político y económico, y enfrentar por sí solo, sin doblegarse, la agresividad persistente del imperio más poderoso que haya conocido el planeta.

Nuestro país hoy disfruta de relaciones diplomáticas con todos los países del hemisferio, excepto los Estados Unidos. Con la mayoría de ellos desarrolla amplios vínculos de amistad y cooperación.
Cuba, además, ha conquistado su plena independencia, y marcha indetenible hacia una sociedad cada día más justa, equitativa y solidaria.

Lo ha hecho con supremo heroísmo y sacrificio y con la solidaridad de los pueblos de América. Comparte valores que son contrarios a los del capitalismo neoliberal y egoísta que promueve la OEA y se siente con el derecho y la autoridad para decir no a la idea de incorporarse a un organismo en el que todavía los Estados Unidos ejercen un control opresivo. Los pueblos y Gobiernos de la región sabrán comprender esta justa posición.

Hoy puede entenderse con mayor claridad que en 1962, que es la OEA la que resulta incompatible con los deseos más acuciantes de los pueblos de América Latina y el Caribe, la que es incapaz de representar sus valores, sus intereses y sus verdaderas ansias de democracia; la que no ha sabido dar solución a los problemas de la desigualdad, la disparidad en la riqueza, la corrupción, la injerencia extranjera y la acción depredadora del gran capital transnacional. Es la que ha callado ante los crímenes más horrendos, la que comulga con los intereses del imperialismo, la que conspira y subvierte contra Gobiernos genuinos y legítimamente constituidos con demostrado respaldo popular.

Los discursos y pronunciamientos de San Pedro Sula han sido harto elocuentes. Las críticas fundadas al anacronismo de la organización, a su divorcio de la realidad continental y a su trayectoria infame, no pueden dejar de atenderse.

Los reclamos a que se ponga fin, de una vez y por todas, al criminal bloqueo económico de los Estados Unidos contra Cuba, reflejan el creciente e indetenible sentimiento de todo un hemisferio. El espíritu de independencia allí representado por muchos de los que hablaron, es con el que Cuba se siente identificada.

Las ansias de integración y concertación de América Latina y el Caribe son cada vez más manifiestas. Cuba participa activamente, y se propone seguir haciéndolo, en los mecanismos regionales representativos de aquella que José Martí llamó "Nuestra América", desde el Río Bravo hasta la Patagonia, incluyendo todo el Caribe Insular.

Fortalecer, expandir y armonizar esos organismos y agrupaciones, es el camino escogido por Cuba; no la peregrina ilusión de regresar a una organización que no admite reforma y que ya ha sido condenada por la historia.

La respuesta del pueblo de Cuba a la ignominiosa Octava Reunión de Consulta de Cancilleres de la OEA, fue la Segunda Declaración de La Habana, aprobada en Asamblea Popular el 4 de febrero de 1962 por más de un millón de cubanos en la Plaza de la Revolución.

La declaración afirmaba textualmente:
"... Con lo grande que fue la epopeya de la independencia de América Latina, con lo heroica que fue aquella lucha, a la generación de latinoamericanos de hoy le ha tocado una epopeya mayor y más decisiva todavía para la humanidad. Porque aquella lucha fue para librarse del poder colonial español, de una España decadente, invadida por los ejércitos de Napoleón. Hoy le toca la lucha de liberación frente a la metrópoli imperial más poderosa del mundo, frente a la fuerza más importante del sistema imperialista mundial y para prestarle a la humanidad un servicio todavía más grande del que le prestaron nuestros antepasados.
"... Porque esta gran humanidad ha dicho: «¡Basta!» y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente".

Seremos leales a estas ideas, que han permitido a nuestro pueblo mantener a Cuba libre, soberana e independiente.
La Habana, 8 de junio del 2009

domingo, 7 de junio de 2009

Con los universitarios comprometidos

Juan Cristóbal León Campos

El proceso electoral que se vive en estos días en México, la crisis económica agudizada a cada momento, junto a las contingencias de salud (que no se reducen a la influenza), la manipulación informativa de los grandes monopolios de comunicación y la llamada guerra contra el narcotráfico son parte del marco que distrae la atención sobre la agudización de la violencia que ejerce el Estado frente a toda voz que denuncie, critique o confronte la forma como los gobiernos de cualquier nivel y partido practican el poder en beneficio particular de la burguesía, al instante en que someten y explotan a la clase trabajadora.

La libertad de expresar posturas diferentes a las generadas por los poderosos, de llevar a cabo la crítica y el actuar de forma distinta a los intereses del capitalismo, es eliminada violentamente en todas las partes de nuestro país, por representar una amenaza al pensamiento único y homogeneizador (pretendido hegemónico) que se nos impone a través de todos los medios posibles. Las muestras son claras:

1) El incremento del hostigamiento a las comunidades indígenas zapatistas, a través de grupos paramilitares y policíacos del estado de Chiapas, por el hecho de que hace varios años decidieron tomar en sus manos la dirección y conformación interna de sus comunidades implementando otra forma de vida en beneficio de todos los que las integran.

2) La criminalización de la protesta social, mediante los medios masivos de comunicación que vinculan con el narcotráfico y el crimen organizado a los luchadores sociales, con el fin de crear en la sociedad un consenso que apoye la represión que se ejerce sobre ellos y dotarla de un marco jurídico que facilite este accionar de los poderosos.

3) La abierta agresión contra los centros generadores de pensamiento, como son las universidades, por los grupos ultraderechistas que las controlan, mediante los nuevos planes de estudio que se enfocan en la enseñanza acrítica e irreflexiva; los nuevos perfiles de egresados cuyo rasgo característico es su desvinculación con la sociedad; los actuales contratos laborales que se rigen por la lógica neoliberal al no garantizar las mismas prestaciones sociales para los nuevos contratados en relación con los anteriores, creando así dentro de los centros de trabajo grados de diferenciación y desvinculación al interior de las plantas docentes y administrativas; la reducción de los presupuestos destinados a la investigación y a la docencia, así como la promoción de teorías de moda (ejemplo el posmodernismo) presentadas como las nuevas herramientas que facilitan la comprensión de las sociedades, mientras garantizan la pasividad de quienes realizan las investigaciones convirtiéndolos en cómplices de las injusticias cometidas por el Estado, estos son, entre otros, factores que afectan a las universidades actualmente.

Uno de los últimos ejemplos de abierta agresión, sobre los universitarios disidentes del sistema, es el acontecido el pasado 27 de mayo en la ciudad de Chilpancingo de los Bravo, en el estado de Guerrero, cuando el estudiante de Historia de la Universidad Autónoma de Guerrero, José Manuel Herrera García, fue objeto de un intento de secuestro.

Alrededor de la diez de la noche, Herrera García transitaba sobre la avenida Benito Juárez en su localidad, cuando de forma abrupta, fue interceptado por un automóvil negro que le cerró el paso e intentó atropellarlo, del cual descendieron tres sujetos que pretendían “levantarlo”. Herrera García logró evadir ese ataque y fue perseguido por más de cincuenta metros en dirección al centro histórico de su ciudad, donde logró refugiarse en una de las instalaciones de la Cruz Roja, y aguardó a que los agresores se retiraran para proceder a levantar la denuncia correspondiente y poder retornar a su hogar.

De ninguna manera el caso de Manuel es aislado, pues los universitarios comprometidos con la realidad histórico-social siempre han sido víctimas de interminables agresiones alrededor del mundo. Han sido acusados de participar en acciones delictivas o con grupos denominados por los poderosos como “terroristas”, se criminaliza sus acciones de protesta social, sobre ellos se ejerce el terrorismo de Estado, para atemorizarlos y obligarlos a renunciar a los anhelos de libertad y justicia social.

Particularmente, Manuel Herrera ha defendido siempre las causas de los estudiantes y de los oprimidos en luchas despreciadas y reprimidas por la Rectoría de su Universidad. Ha reconocido la necesidad de la unión entre estudiantes de todos los niveles de enseñanza, como lo demuestra su participación en las movilizaciones en defensa del patrimonio y la autonomía de las preparatorias 1 y 9 de la UAG, y se mantiene firme ante el accionar violento de porros enviados por las autoridades para desarticular el movimiento y terminar con las justas demandas.

Durante un tiempo ejerció el cargo de Consejero Universitario con base a los principios éticos del compromiso social, desde ahí criticó las políticas neoliberales de las actuales autoridades universitarias sometidas a los intereses de los gobiernos estatal y federal. Como efecto de su firme postura en defensa del carácter autónomo, democrático, científico y popular de la Universidad, el Rector Arturo Contreras Gómez lo destituyó de su cargo de Consejero Universitario el quince de diciembre del año pasado, con falsos argumentos y actos represivos que hasta hoy se realizan contra sus compañeros de dicho órgano universitario.

Consciente de que la pertenencia al sector estudiantil no lo excluye del acontecer en su sociedad, Manuel se ha solidarizado con el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa Parota (CECOP), la CETEG y las justas demandas de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa. De igual forma, ha dedicado sus horas de estudio a adquirir los conocimientos que le permitan difundir y defender la memoria histórica de su pueblo, que los gobiernos pretender borrar de los planes de estudio y de las conciencias de los individuos.

Por estos motivos, reclamemos juntos un alto a los ataques contra los universitarios comprometidos socialmente; un alto al hostigamiento que se realiza en todas las comunidades que luchan y resisten; luchemos juntos por la libertad de todos los presos políticos y la aparición de cada uno de los desaparecidos. Unificar nuestras voces para demandar justicia para José Manuel Herrera García, y que se detenga la campaña de hostigamiento y represión que se ha implementado hacia su persona, es exigir libertad plena para nuestro pueblo. Reconozcamos que nuestro país vive una clara etapa de agudización en la lucha de clases, por lo que es necesario profundizar la organización de los oprimidos y generar, urgentemente, el libre pensamiento que permita concebir las formas de transformar esta sociedad explotadora, con el fin de construir el otro mundo posible que se llama socialismo.

Tomado de Por Esto! 6/junio/09