miércoles, 17 de diciembre de 2008

TRANSPORTE PÚBLICO Y UNIDAD POPULAR

Juan Cristóbal León Campos

¡No al alza, al pueblo no le alcanza!
Grito popular de resistencia


El transporte público ha dado lugar en Yucatán a lo largo de los últimos años a un sin fin de protestas y manifestaciones que rechazan y confrontan las decisiones gubernamentales de aprobar indiscriminadamente alzas en el costo del pasaje para todos los usuarios. La voracidad de los empresarios poseedores de las concesiones sumergida en la lógica de la ganancia por encima de todo, propia del sistema capitalista que nos rige, se ha evidenciado en cada una de la solicitudes que realizan para obtener un aumento en el costo. Con argumentos falsos como el que expresa supuestas pérdidas por la inversión realizada en las unidades y por el pago de salario a los choferes, pretenden crean un consenso en la sociedad yucateca, que les permita mostrarse fuertes ante las autoridades en turno, y obtener mediante ésta demostración la aprobación solicitada. Sin embargo, en claro ha quedado que ni los supuestos argumentos que presentan los concesionarios son validos, ni la sociedad yucateca ha permitido que se le engañe a favor de los intereses privados de los burgueses del volante.

Si bien se han dado aumentos en los últimos años, estos han sido obra de la colaboración y servilismo de los gobernantes para con la clase burguesa que basa su riqueza en la explotación de los trabajadores de todos los ramos. Servilismo evidente por las formas en que se han autorizado los aumentos en el pasaje, pues estos fueron llevados acabo en periodos vacacionales, días festivos, fines de semana y en sesiones casi secretas y extraordinarias. Todo ello por el claro temor que tienen a la movilización y organización del pueblo, debido a que saben bien que sus acciones están en total oposición a las necesidades básicas de la población yucateca.

Ante alejamiento cada vez mayor de la clase gobernante de una solución para el problema del transporte público que beneficie de hecho y no de palabra al grueso de la población yucateca, la respuesta debe ser contundente y enérgica. La movilización, la crítica y la denuncia deben ser los ejes iniciales de la resistencia.

En años anteriores –al menos desde el 2004- han sido los estudiantes quienes llevan la batuta en las marchas, el volanteo, los mítines y foros que se han realizado a favor del movimiento contra el alza del pasaje. Cada una de estas acciones ha servido para demostrar en primer termino el rechazo a las medidas gubernamentales de aceptar las demandas empresariales de aumentar el precio para cada pasajero, y en segundo termino para exponer la gran cantidad de razones por la cuales es inaceptable un aumento por mínimo que sea.

Estas acciones estudiantiles cuentan desde el principio con el apoyo y acompañamiento de colectivos independientes, maestros democráticos, amas de casa, campesinos despojados de sus tierras y obreros conscientes. De ellas han surgido nuevas organizaciones estudiantiles independientes de las oficialistas federaciones estudiantiles, y se han establecido colaboraciones momentáneas de lucha en diferentes coyunturas propiciadas por las políticas nefastas de los gobiernos neoliberales.

Todas estas acciones de resistencia, nuevas organizaciones independientes y colaboraciones entre sectores sociales oprimidos significan un innegable avance en la lucha por la defensa de los intereses populares. Los logros son claros: 1) Mayor independencia de pensamiento y acción por parte de un importante sector estudiantil con respecto a los órganos tradicionales de poder, como son los partidos y organizaciones políticas al servicio de los intereses privados, y las federaciones estudiantiles caracterizadas por su apego a las estructuras del poder como medida de obtención de recursos para el enriquecimiento de sus dirigentes. 2) Mayor grado de consciencia entre estudiantes y sectores oprimidos participes en esta resistencia, reflejada en la comprensión de la necesidad de unión para enfrentar cada una de las medidas gubernamentales y empresariales que afectan su nivel de vida y les impide el mejoramiento de la misma. 3) La generación de medios alternativos de información (blogs, videos, audios, volantes, carteles periódicos independientes, etc.) que hacen frente a las mentirosas manipulaciones (des)informativas de las empresas comerciales sujetas por su ayuda a los burgueses-empresarios como es el caso del Diario de Yucatán. 4) El reconocimiento por parte de varios sectores sociales de la necesidad de crear nuevas formas de organización, en cuyo seno la igualdad como principio democrático rija la vida interna y garantice la conformación de una estructura horizontal, rompiendo definitivamente con la verticalidad impositiva.

Los mencionados logros son una clara demostración de la posibilidad de avance que tiene el movimiento de resistencia contra el alza. Sin embargo, es necesario reconocer que algunos de ellos solo se presentan de forma esporádica y efímera durante una u otra coyuntura desapareciendo al término de las movilizaciones. Por tanto, es urgente crear formas de resistencia perdurables, que se desarrollen y expandan conforme el movimiento avance, garantizando su permanencia y consolidación para enfrentar futuras luchas.

Además es justo tener conciencia de que el movimiento contra el alza no es exclusivo de los estudiantes, sino que es una demanda económica de todos los sectores oprimidos. La participación masiva de obreros y campesinos es una arista pendiente que debe ser rápidamente saneada, dada la importancia de estos sectores en la economía del Estado. Su movilización representaría un duro golpe a los intereses privados si se emplean formas de lucha como el paro y la huelga. La unidad popular debe forjarse desde la comprensión y el reconocimiento de que son los intereses privados burgueses lo que oprime a los trabajadores, campesinos, estudiantes y demás sectores sociales, y por tanto, es contra ellos que se debe desarrollar la contienda política. El movimiento debe incluir en sus demandas el mejoramiento de las condiciones laborales y sociales de los choferes y demás empleados de los concesionarios transportistas. Primero por ser un sector obrero oprimido, y segundo por que muchas de las condiciones laborales y sus organizaciones sindicales son el resultado de las luchas históricas emprendidas en los años setenta, las cuales tuvieron como base la unidad entre estudiantes y obreros.

La posibilidad de establecer la unidad popular es latente en las condiciones actuales, dado el grado de afectación social que han propiciado las decisiones gubernamentales de priorizar los intereses privados por encima de los sociales. Por ello siguiendo el ejemplo histórico, conformemos una sólida y duradera unidad popular para así defendernos de la explotación e injusticia que rige nuestra sociedad, y demos paso a la construcción de un nuevo orden social.